La Unidad de Alcoholismo se deriva de un programa que nació en 1978 y fue evolucionando hasta nuestros días hasta llegar al modelo actual, riguroso, eficaz y en continuo crecimiento y puesta al día para no perder el elevado nivel de eficacia terapéutica. Las sociedades cambian y los tratamientos deben actualizarse constantemente. En realidad nosotros, más que tratar a alcohólicos, tratamos a personas que en muchas ocasiones tiene otro problema de fondo más importante aun que el alcohol y que no tiene resuelto, por ejemplo depresión, problemas sentimentales, soledad o abandono, culpa,  relaciones conflictivas, etc. 

  

Los terapeutas de la UA poseen una dilatada y sólida formación profesional. Si el paciente llega al tratamiento con una base suficiente de motivación el éxito estará garantizado.

Si la motivación es escasa, pondremos todo nuestro empeño en que cobre ganas de curarse y luche por su recuperación. Siempre le hablaremos claro y nuestra actuación estará presidida por la sinceridad absoluta, aspecto este que también se exige (como un médico exige veracidad para poder tratar bien al paciente).


Quien hace un tratamiento con nosotros no hace “una desintoxicación” o una “cura de alcohol”. Nuestros objetivos son mucho más ambiciosos. Pretendemos que el sujeto reconstruya todo aquello que pueda tener deficitario y consolide lo que ya tiene bien. Además de superar el problema pretendemos que el usuario cobre más seguridad en si mismo en todos los ámbitos, sepa manejar mejor las relaciones interpersonales, sea una persona sensata, madura y reflexiva. Cada uno con su propio estilo y carácter ya que no pretendemos cambiar la personalidad, sino que el usuario adquiera un bagaje de elementos positivos que le van a ayudar incluso a disfrutar de un mayor rendimiento a todos los niveles y sobre todo vivir más sano y optimista. (Muchos, muchísimos pacientes nos dijeron que vivían felices).